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1. DTu rostro escondido nos dejas mA7irar
y un rostro de hermano nos haces buscDar.
Oculto en nuestra carne de sD7udor y de tGierra,
y escondDido, A7tu cariño, noDs entregas.
CDuando Tú has venido, la vidaA7 empezó.
Cuando Tú te fuiste, la vida sigDuió.
Ahora quieren matarla y esta D7vida no muereG
D A7 D (RE7)
porque corre por las venas de tu pueblo.
SeGñor de la vida, delD principio y del final,
nuA7estro corazón está Dcansado de espeD7rar.
SeGñor de la vida, de la Dtierra y del mar,
nuA7estras voces juntas se entrDelazan pa? cantar.
2. Nuestro es este suelo y no lo dejaremos,
nuestro es el aire y no lo perderemos.
Nuestro es el sol y no lo apagaremos.
Y esta vida que es nuestra cuidaremos.
Por eso hoy presentamos toda nuestra vida,
con manos dolidas y el corazón herido.
El pan que traemos es fruto del trabajo,
de la historia sembrada por tu pueblo.