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BaEilo como baila la Tarara para losC muchachos, cuando se vayan lloraGré para que beban los gDusanos
deE la savia que no han querido los gaCtos y el establo encharGcaréD,
Eando igual que un toro sin resuello que enseña la frCente, que lleva en cada cicatrizG luciérnagas resplandecieDntes,
Ey levanto polvareda en las tabernCas si la luz no deja veGr, D
( Sólo se esta parte la del estrbillo y la parte final no heh podido sacarla si alguno se anima pues ya sabéis) Esta es la otra parte: renqueando, los jamelgos, vienen raudos a mi encuentro, en esta casa sin leyes, no me pesan los aperos, ni quién llegará primero: en mi yunta sobran bueyes, los visillos descorridos van a pronunciar mi nombre y la mierda lamerán de la cresta que me sobre, sin replicar, renqueando, los jamelgos, vienen raudos a mi encuentro, en esta casa sin leyes, no me pesan los aperos, ni quién llegará primero: en mi yunta sobran bueyes, las cloacas no sollozan si no las toca el calor, ensombrecidas, la penumbra está risueña y se empapa del color que yo le pida, y cuando digan que en este remanso el dolor no se durmió, será mentira.