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CuDando me despierte cada dAía con el cuBmerpo de aire y ese olGor felDiz del sueño manso de las Elilas sin miGedo al movimiento ni al dDolor.
CuDando ya no tenga casi Anada de sBmangre en la garganta de paGpel y un Dagrio pez nadando en la mirEada ni quGiera más amparo que la Dpiel.
VDan a ser los días esoAs barcos de lC/Guz que una vGez supe esscribDir y laBm alegría que hemos oAlvidado volviGendo por los huesos a suDbir. Yo meD alimento con una quiAmera en que los C/Gojos al sGol verán briDllar los brAazos de mi pGadre en las banDderas y unBma ceniza nAegra y Guna ceniza Fm7negra y unEma ceniza nAegra que se vDa.
Cuando me convenza que la suerte me rige a la par de la pasión y no el terrible arcángel de la muerte rondando por el campo del terror. Si lo consumado y lo posible tienen siempre la cara del horror en esta patria de lo inaccesible en este tiempo olvidado de Dios. Yo digo que mis ávidos amores son fuertes y viven más que yo son gigantes tenues como flores que alientan a este turbio corazón. Los alimento con una quimera en que los ojos al sol verán brillar los brazos de mi padre en las banderas y una ceniza negra y una ceniza negra y una ceniza negra que se va. Y una ceniza negra y una ceniza negra y una ceniza negra que se va...