Joe Arroyo - Un cierto galileo
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mDañana, cerca del marA7,
apareció un joven GDalileo;
nadie podÃa imA7aginar que otro pudiese amar
asà como ÃDl amaba.
Era sencillo al converA7sar,
llegaba al corazón de quien lo eDscuchaba.
Y su nDombre era Jesús deEm Nazaret
y su Afama se esparció, todos DquerÃan ver
al proD7feta que tenÃa tanG6to amor
y amaba al DpeA7ca-Ddor.
esas playas, en ese mar,
en ese rÃo, en casa de Zaqueo,
en los caminos, bajo aquel sol,
el pueblo iba a buscar la luz de su doctrina;
sus expresiones, por caridad,
enchÃan el corazón de una fuerza divina.
esos valles, en ese hogar,
en ese pozo y en casa de Simón,
en ese monte, al atardecer,
el mundo vio nacer las bienaventuranzas.
Y su paciencia al perdonar,
del pueblo el corazón llenaba de esperanza.
cierto dÃa, al tribunal
alguien llevó al joven Galileo;
nadie sabÃa cuál era el mal,
qué crimen cometió, cuál era su pecado.
Su claridad al denunciar
minó la posición de los privilegiados.
Y mataron a Jesús de Nazaret,
y en medio de ladrones Ãl murió en la cruz;
pero el mundo aún no conoce a este Jesús,
que amaba al pecador.