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AEse hombre que buscaba la verdad
y ahora en cien años nosD formó alE caminar
nos deF#mcía con su vida que hay que conC#mquistar
y sDiempre buscar en el SEeñor su voluntad.
AsApirando siempre altos ideales
puso al fin sobre ADmérica susE ojos
haciendF#mo crecer en ella unC#ma semilla
que en un Djardín inmenso seE volvió
ANo nos quedaremos al pie delE monte
pudDiendo ascender hasta laE cumbre
sCiendo generosos y de cGorazón gigante
disAmpuestos siempre a todo por Enuestro Jesús,
hacFiendo trascender esasC paAmlabras
que la Fvida y el espíritu GnoCs dEa América.
ASí, ahora somos almas de fuego
instrumento s?D?³lo paraE servir a Dios
siendo fiF#mrme testimonio de suC#m voz
hasta que la tDierra entera arda por su Eamor.
(ANo nos quedaremos al pie delE monte) (2)
aspiArando altos ideales.