Hermana Glenda - El diario de mar
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CTe miro a los ojosA7 y entre tanto lDmlanto
parece meG7ntira que te hayan claCvado. C7
Que seas el pFequeño Gal que he aEmcunado
Amy que se dorm?Dm?aG7 tan pronto en miCs brazoC7s.
El que se rFeÃ?G?a al mirar eEml cielo
Amy cuando reDmzabaG7 se ponia sCerio.
CSobre este madero A7 veo a aquel peqDmueño
que entreG7 los doctores hablaba en el temCplo C7
que cuando prFegunté GrespondiÃ?Em? con calma
Amque de los asuDmntosG7 de Dios se encarCgaba. C7
Ese mismo nFiñoG el que está en laEm cruz
Amel Rey de los hombDmres G7le llaman JCesús.
CEse mismo hombre A7 ya no era un niDmño
cuando en esa G7boda le pedí máCs vinC7o
que dio de coFmer a unG millar de Emgente
Amy a pobres y aDm enfermos G7los miró de Cfrente C7
rió coFn aqGuellos a quienes m?Em?s quiso
Amy lloró en sileDmncioG7 al morir sCu amigo.
CYa cae la tarde, A7 se cubren los ciDmelos
pronto voG7lverás a tu Padre etCerno C7
duérmete peqFueño, dGuérmete miEm niño
Amque yo te entrDmegadG7o todo mi cariCño C7
como en NazFaretGh aquella maEmñana
Am"He aquí tDmu siG7erva, he aqCuí tu esclava"