Hector Lavoe - Consejo de oro
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1.- Yo era peque?Am?ito, cuando murió miDm viejo
fue tanta la miEseria, que mi viejita y Amyo
comíamos lloErando, el pan amargo y dAmuro
que en horas de miFseria, mi mano mendiEgó.
1.- Mi pobre viejeAmcita, lavando ropa Dmajena,
doblaba su espinEazo, al pie del tinaAmjón
por míseras moEnedas, con que calmabaAm apenas
las crueles amargFuras, de nEuestra situaAmción.
2.- Fui creciendo a la barGtola, y en mis años jCuveniles
agarré por el caGmino que mejor me parCeció.
me codié con milongEueras, me adorné de cAmopetines
y el mejor de mis amFigos, cuando pudo me venEdió.
2.- Engreído me hice el gGuapo, me encerraron entrCe rejas,
y de preso ni un amGigo me ha venido a visCitar,
sólo el rostro demacErado y adorado de mi Amvieja,
se aplastó contra las Frejas, para pEoderme Ambesar.
1.- Por eso compa?Am?eros, por tantos deseDmngaños,
no me convence nEadie con frases de de amisAmtad,
hoy vivo con mi mEadre, quiero endulzar susAm años,
y quiero hacer dichoFsa su Enoble ancianAmidad.
1.- Me siento tan alAmegre junto a mi madreDmcita,
es el mejor carEiño que tiene el coraAmzón,
ese sí que es un caEriño que nadie me loAm quita,
cariño que no enFgaña ni sabe de traAmición.
2.- A usted amigo que es tan jGoven, le daré un consejo Cde oro:
Deje farras y milGongas que jamás le ha de Cpesar
cuide mucho a su viejEita, que la madre es un teAmsoro
un tesoro que al perdFerlo otro igEual no ha de enconAmtrar.
2.- Y no haga como aquGellos, que se gastan en plCaceres
que se olvidan de la maGdre y no le importa su dColor
que la matan a disgEustos y recién, cuando se Ammuere,
se arrepienten y la llForan Ey comprenden su vAmalor.
Esta canción dedicada con mucho cariño para doña Enmita...mi madre.