Carolina Durante - La noche de los muertos vivientes

Cuando ^Gmuero cada noche, no se ^Bmsuelen ver cometas; hoy ^Cno es una excep^Dción, oja^Clá que no ama^Dnezca. El ^Gmetro está vacío a las ^Bmseis de la mañana y las ^Ccaras de la ^Dgente son más ^Cgrises y más ^Draras.

^GYa va siendo hora de volver a casa, ^Bmya va siendo hora de volver a casa, ^Amya va siendo hora de volver a casa, ^Cya va siendo hora de volver a casa.

La ciu^Gdad no es atractiva cuando ^Bmtermina la noche y las ^Ccalles aún os^Dcuras, donde ^Csolo se oye el ^Dfrío. ^GViernes madrugada, tan so^Bmlo quedan los restos y las ^Cmalas sensa^Dciones después ^Cdel nocturno ^Dfuego.

La ^Gnoche ha estado bien hasta ^Bmque ella ha aparecido, te ^Cjuro ha estado ^Dbien, pero ^Ccreo he reca^Dído.

Y ^Gcuando llega el fin, todo es ^Bmpuro pesimismo, que ^Csi el tiempo per^Ddido, que si el ^Codiarse a uno ^Dmismo. Ba^Gjando Corredera, cuando ^Bmme cruzo a Dionisio, me ^Cdice de ir a un ^Dafter, creo ^Cque está pose^Dído.

^GOoooooh, oh, ^Bmoooooooh ^AmOoooooh, oh, ^Coooooooh

^GTus puñales aún me duelen ^Bmen la espalda, ^Amtus puñales aún me duelen ^Cen la espalda, ^Gtus puñales aún me duelen ^Bmen la espalda, ^Amtus puñales aún me duelen ^Cen la espalda.