Autoscroll
1 Column 
Text size
Transpose 0
EEsta es la historia de un C#msábado dAe no imF#porta que Bmes y de uEn hombre sentado aC#ml piano de no Aimporta quBe viejoE café.
E, C#m, A, B, E
ToEma el vaso y le tiemblan lC#mas manos apeAstando F#entre humoB y sudor y se Eagarra a su tabla C#mde náufrago volAviendo a sBu eternEa canción.
C#m, F# C#m, F#, B
Na naEm na na nana A7 na naEm na na na D na nA7a... D
TEoca otra vez, viejo peC#mrdedor Ahaces qF#ue me sienBta bien. Es tan Etriste la noche que tu canC#mción Asabe a F#derrota y Ba hiel.
E, C#m, A, B, E Cada vez que el espejo de la pared le devuelve más joven la piel se le encienden los ojos y su niñez viene a tocar junto a él. Pero siempre hay borrachos con babas que le recuerdan quien fue: el más joven maestro al piano vencido por una mujer.
C#mNa na na na F#nana C#mna na F#na nBa na
Toca otra vez, viejo perdedor haces que me sienta bien. Es tan triste la noche que tu canción sabe a derrota y a hiel. Ella siempre temió echar raíces que pudieran sus alas cortar y en la jaula metida la vida se iba y quiso sus alas robar. No lamenta que dé malos pasos aunque nunca desea su mal pero a ratos, con furia, golpea el piano y hay algunos que le han visto llorar. Toca otra vez, viejo perdedor haces que me sienta bien. Es tan triste la noche que tu canción sabe a derrota y a hiel.
C#mNa na na na F#nana C#mna na F#na nBa na
El micrófono huele a cerveza y el calor se podría cortar. Solitarios, oscuros, buscando pareja apurándose un sábado más. Hay un hombre aferrado al piano la emoción empapada en alcohol y una voz que le dice, pareces cansado y aún no ha salido ni el sol.