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GUna tarde de enero tomé mi canoa pa'dar una Dvuelta me dijeron cuidate que con la tormenta te vas a perGder pero soy correntino machazo en mi pago y baqueano en el dCelta salí cuando enGtraban las primeras Dluces del atardeGcer.
Cuando ya estaba oscuro como boca e'lobo pretendí volverme pero el río engañoso me llevó a empujones a orillas del mar y desalentado sin ver más la costa, para entretenerme,, panza para arriba contando estrellitas me puse a pensar. Yo pensaba en lo poco que vale el hombre cuando está tan solo pero tuve una idea que en aquel momento me hizo reaccionar haré una proeza como Vito Dumas seré Marco Polo y al volver a mi pago toditas las guairas me querrán besar.
Y a los pocos D7días de navegaGción tuve una alegría pues ya me creía Cristóbal Colón, y andaba con Cpena cuando vi el manchGón que no era ballDena y sí tierra buena, caray qué alGegrón.
Cuando puse un pie en tierra y pegué una olfateada por si era Corrientes, y al ver a un paisano con una escopeta le pregunté a él, si el rancho e'La Cambicha quedaba muy lejos, dijo buenamente, usted está en Cuba patria socialista, tierra de Fidel. Yo quería volverme por lo que leía en el diario La Prensa, pero al ver los cubanos trabajar contentos por el porvenir, hoy la tierra es de todos, no hay analfabetos y hasta un niño piensa, que aquel que entre en Cuba con aires de guerra no podrá salir. Porque aquellos fusiles que ayer apuntaban al pueblo oprimido, son los que hoy defienden en manos del pueblo su revolución, son los que en mi pago los llevan milicos de dos apellidos, son los que tendremos el Mocho Raela, Jesusa y Ramón./ Y con mi canoa y mi chamamé dejé a Raúl Roa y puse la proa a mi pago otra vez, y a los correntinos yo he de serles fiel, y aquí yo termino ¡que mueran los yanquis que viva Fidel!