Mario Alvarez Quiroga - La casada infiel

^AmY yo me la llevé al^E7 río, creyendo que era mo^Amzuela Fue la noche de Santia^Dmgo,^E7 y casi por compromi^Amso. Se apagaron los farol^A7es, y se encendieron los gril^Dmlos. En las últimas esqu^Aminas, toqué^E7 sus pechos do^Amrmidos, ^Dmy se me abrieron de pro^Amnto, ^E7como ramos de jacint^Amos.

^AmEl a^Glm^Fid^E7ón de su enagua, me sonaba en el ^Amoído co^Dmmo una pieza de s^Ameda, ^E7rasgada por diez cuch^Amillos. Sin luz de plata en las co^A7pas, los árboles se han dor^Dmmido, ^Dmy un horizonte de perro^Ams, ladra ^E7muy cerca del r^Amío.

^FPasadas las zarzamoras, los juncos y los espino^Cs, ^Dmbajo su mata de pelo, hice un hoyo sobre el ^E7limo. ^DmY me quité la corbata., Ella se quitó el ve^Amstido. ^AmYo, el cinturón con revolver.^Am Ella, su blanco cor^E7piño. ^E7Ni nardos ni caracolas, tienen el cutis tan fi^Amno, ^Dmni los cristales con l^Amuna, rel^E7umbran con ese br^Amillo.

^AmSus muslos se me escapab^E7an, como peces sorprendi^Amdos, ^Dmla mitad llenos de lum^Ambre,^E7 la mitad llenos de frí^Amo. Aquella noche cor^A7rí, el mejor de los ca^Dmminos, montado en potra de ná^Amcar, sin ^E7bridas y sin estri^Ambos. ^DmNo quiero decir, po^Amr hombre, ^E7las cosas que ella me d^Amijo

^Fla luz del entendimiento, me hace ser muy comedi^Cdo. ^DmSucia de besos y arena, yo me la llevé del ^E7río. ^DmEn el aire se batían, las espadas de los li^Amrios.

Me ^Amporté como quien soy. Como un gitano legít^E7imo. ^E7Le regalé un costurero, grande, de raso p^Amajizo, ^Dmy no quise enamorarme, porque teniendo mari^Amdo me^Am dijo que era mozue^E7la, cuando me la llevaba al río.