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(Hablado) Madre... en el corazón de Dios viví mucho, mucho tiempo. Hasta que llegué a tu infancia y me acunaste en tus sueños. Pasaron años y un día llegó el amor a tus ruegos, y entonces se hizo el milagro y empecé a vivir tu tiempo. I
DurDmante las nueve lunas que me llevaste en tu sGmeno, fuiste escribiendo en mi aClma esto que soy por adFentro. HaCmsta que el día espeD7rado me diste a luz con un rGmezo, que iba diciendo la abuA7ela a su San Ramón parDmtero.
II
Si sDmoy carne de tu carne, si sE7oy sueño de tus sA7ueños, peCmdazo de tus entrD7añas hijo tuyo verdadGmero. Cómo no voy a cantarte con el mejor de mis vDmersos, madre mía, madre nE7uestra, si sA7os lo que yo más qDmuiero.
(Hablado) Por eso no falto nunca a las fiestas de mi pueblo, porque a los pies de la Virgen se hace sagrado el recuerdo. Vos? mi madre de la Tierra. Ella? mi madre del Cielo. Las dos están en mi canto, las dos están en mis ruegos. I Después anduve en tus brazos bebiendo amor de tus pechos, me acuerdo que tu ternura quería comerme a besos. Así aprendí a ver el mundo como vos, con ojos buenos, y me abrí paso en la vida valiéndome de tu ejemplo. II (repite) Si soy carne de tu carne... A7 Gm-G-D ... si sos lo que yo más quieeeeeero. Letra: Julián Zini Música: Ricardo ?Tito? Gómez Acordes por Alejandro Aristimuño