Eduardo Peralta - La viuda abandonada

^AYo soy la re^E7cién c^Aasada, que nadie me goz^E7ará, me abando^Bm7nó mi^E7 marido, por la mala li^Abertad.

Oiga se^E7ñor por fo^Artuna, ¿qué no ha visto a ^E7mi marido? señora no^Bm7 he visto^E7 nada, déme una seña y ^Ale digo.

Mi marido es ^E7alto y ^Arubio, muy mal parecido no ^E7es, en la mu^Bm7ñeca d^E7erecha, tiene un letrero fra^Ancés.

Por las señas que^E7 usted^A dá, su marido muert^E7o es, en la ciu^Bm7dad de Va^E7lencia, lo ha matado un japo^Anés.

Tres años yo lo^E7 he esp^Aerado, otros tres lo esper^E7aré, si a los seis ^Bm7años no^E7 viene, entonces me cas^Aaré.

Me puse mi ^E7falda ^Anegra, un velo negro tam^E7bién, luego me ^Bm7vi en el es^E7pejo: qué buena viuda qu^Aedé.

Ya con esta ^E7me des^Apido, yéndome por la c^E7añada, y aquí s^Bm7e acaba el^E7 corrido de la viuda aba^Andonada.